-Ou?
-À coté du Metro
-Bon
K compra fideos chinos en una tienda del ramo. A tres francos el paquete aparto unos cuantos para mí y se los pago religiosamente.
-Tu as déjà gouté
-Non
-Tu peux manger avec moi si tu veux
-Maintenant
-Oui…pas maintenant, à deux heures
-C`est bien parce que j`ai pas de casserole
-Donc, pour quoi tu as acheté?
-Bon, je savais… sonrío
K se ríe denotando comprensión plenamente occidental.
Las puertas se abren al alcanzar el ascensor, en su recorrido, la cuarta planta; K se entretiene para confirmar nuestra comida de negocios: -Chambre 413, -dans une demie heure?, -Oui, después las puertas se mueven obligándome a avanzar y colocar un pie a modo de freno, salvando así la impericia de K. Su cuerpo es frágil como hoja seca; tembloroso porque lo he tocado; el pájaro que con los años dejamos morir asesinado.
A las dos en punto estoy llamando a su puerta, traigo un paquete de los míos, las mejores intenciones. K me conduce hasta el fondo del pasillo dónde cocinan sus semejantes; una vez allí, rechaza mis ofrecimientos, abre sus dos paquetes y los vierte en agua hirviendo; escurre después casi toda el agua tapando la olla con un plato y, compadeciéndose de mi ignorancia, me conmina a seguirla en un traqueteo infantil que nos lleva de nuevo hasta su cuarto. Pulcritud asiática que ella desmiente; hablamos de su país y del mío; yo interrogo, ella contesta; me pregunta ella, le respondo yo; tomamos café; nos compenetramos. Descansamos luego un rato agotados por tanto trajín; vemos su televisor, el mundo en la ventana. A las cuatro y veintiséis considero que me estoy excediendo y así se lo hago saber: si tu veux demain on peut faire quelque chose
-Demain…attend, K revisa un calendario que cuelga de la pared, je sais pas, il y a la fête d`une amie
-Bon, un autre jour peut-être
-peut-être tu peux venir
-Je sais pas, ton amie ne me connaît pas
-Je peux lui demander si tu veux…elle est très sympa
-Bon…d`accord, c`est quelle amie?, la fille de la clase à coté?, tu sais dans le couloir
-No pas elle, une autre, mais elle sera là aussi
-Et… donc…comme on fait?…tu l`appelles et après…
-Demain je t`appelle dans ta chambre
-A quelle heure?
-A midi
-Donc…d`accord, a demain
-A demain
Con rigurosa puntualidad la vibración agónica de un objeto que llegue a considerar inerte. En dos tonos erguido en el espacio, uno más en proyección, un hilo gutural concebido como respuesta: oui, con dos minutos de adelanto, chilla el despertador –un moment, es Sábado.
-Oui
-C`est Kyongi
-Oui…je sais Kyongi
-Bon j`ai appelé mon amie
-
-Elle m`a dit que tu peux venir si tu veux
-Oui…donc…c`est bien…et a quelle heure?
-À huit heures
-mais c`est tôt non?
-Oui je sais, comme ça en France
-et…on part à quelle heure?
-A sept heures peut-être
-Oui, a sept heures c`est bien, donc à sept heures en bas, oui?
-Oui
-Donc à tout a l`heure
-Au revoir
Las siete habitan en un glaciar que hiendo antes de tiempo. Retratado en el vestíbulo junto a Samir el moro. Él ocupando su lugar, pedazo de mobiliario; yo refugiado en un vértice, evitando sus miradas. Duchado y afeitado, con la ilusión de antaño; he sacudido de mis ropas pocas esquirlas de muerte. El comienzo de algo nuevo, va a ser, tiene que serlo; arcadas de reencarnación; dolorosos recuerdos. Un ser del que abomino, palabras que nunca dije, el rostro que no es el mío. Porque no es cierto que lo esté, porque yo no lo estoy: predestinado.
Me dejo llevar por el olvido y Samir intercepta mi mirada, después se agarra a ella, como anfitrión y huésped, esbozando una sonrisa.
-Vous allez sortir?
-Oui
-Vous attendez quelqu'un?