-Peut-etre qu'il n'est pas à Figueras
-Tu aimes la peinture toi?
-Un peu oui, miento
Nos envuelve entonces un espeso silencio durante el cual conseguimos reinventarnos.
-C'est pas tres bruyant cette fête
-C'est bien comme ça
-Tu t'amuses
-Oui
Inesperadamente interrumpe el español: mais tu t'amuses toujours, n'est-ce pas Karin?, Karin no contesta, él se levanta de la silla y viene hasta donde estamos, pasando a la vez un brazo alrededor del cuello de Karin. Envuélvemelo amor con muchas vueltas en un trapo, aprieta después con fuerza, hasta que deje de latir. El cerdo vuela hacia la boca de karin, su hocico pestilente, la pesadilla de existir. Karin levanta un brazo, lo estira e intercepta; apartando después con dulzura, horrendo rostro de bestia infecta.
Otra vez me he precipitado, casi me pongo al descubierto. Miro al español volver contento a su sitio, lloro después con K, me legitimo en los ojos de Nicole. El español, al que por brevedad llamaré Z, se sienta de nuevo en su silla sin mostrar a simple vista traza alguna de humillación; me recreo aventurando que es un maricón reprimido, después cojo una cerveza caliente del montón que hay sobre la mesa y dirigiéndome a la gorda pido un abrebotellas:- Nicole, est-ce qu'il y a une ouvrebouteilles?, - Ici, -Merci.
-So Ernest, what are you doing in France?
-Well, I'm learning French
-Pour tes etudes?
-Oui, j'en ai besoin, et toi?
-I'm taking a sabbatical year before I start my studies
-You must be young then
Z masca su ignorancia ante una lengua que le es desconocida, Nicole lo advierte y accede a sus requerimientos: dix-huit ans.
-Et toi Kyongi?, le pregunto
-À Korea on ne dit jamais
-C'est bien ça
Voy bebiendo mi cerveza, entrando poco a poco en calor, deshaciéndome en banalidades a gusto de K y Nicole. Rien ellas, celebrando, algunas de mis ocurrencias, si bien es cierto que ocupan el lugar más bajo en la escala, y K ni siquiera es escala. Sin olvidarme de Karin, fisgando en sus avatares con Z.
Cuando las bromas expiran, los murmullos se acrecientan, no he sido yo, lo han decidido ellas: -On va au toilette. En su ausencia me acerco a Z, el cual es amigo de Karin, cuyo coño hierve en mi cabeza. Me reciben dos sonrisas, un presentimiento de hostilidad; he de someter esta última. K me ha traído hasta aquí, bien, pero ya no me sirve, y Karin es lenta, inaccesible al primer intento. He de hermanarme por lo tanto con un reflejo hacia el que siento odio, traerle una cerveza, aplaudir sus estupideces. Adoptada una personalidad, granítica como la de Padre, en las primeras escaramuzas, la que alimenta mi proyecto de éxito.
-Y de dónde eres tú?
-Yo de Madrid, y tú?
-De Cádiz
-Andaluz?, pues no te había notado el acento
-Yo a tí tampoco
Karin asiste, apenas interviene; de espíritu sensible, en el hombre inseguridad; dice adorar la poesía, cavar un foso dónde ocultarse. Indomesticada y asocial, dos años mayor que yo; me describo como vagamente culto, específico y distante, ni una broma sexista, ni un lugar común.
-Te ha gustado mi Sueca, eh?
-Esta buena sí, ahora que si tu tienes algo con ella...
-No, no tranquilo, yo me la he intentado hacer un montón de veces y ahora es como una broma, aunque si cae cae, n'est-ce pas Karin?
-Tu dis quoi toi?, ne l'ecoute pas Ernesto il dit de betisses.
-Pas du tout, he is saying very interesting things
-Why do you speak in English?
-You know
Ella me sigue el juego: anyway, where did you learn it, in the school?
-Peut-etre...
-You are a mysterious man
-I had an english girlfriend
-She was your teacher then
-Well, she improved it
-Qué pasa macho que eres políglota
-No, el inglés solo.
Alrededor de las diez de la noche empieza a romperse el encantamiento; K acaba de anunciar su próxima retirada: Je vais partir. -Deja?, -Oui, -mais c'est tot Kyongi, -Je sais mais... comme ça. En ese momento quedo yo sorprendido y medio en pelotas, hasta que el bueno de Z se ofrece a sostenérmela: -Tu te quedas, no, -...no sé, no sé, -Quedaté y nos tiramos a estas tías..., -...bueno, je vais rester un peu Kyongi, on se verra le lundi, -Oui, au revoir tout le monde, -Au revoir Kyongi, -au revoir dice K, después, desaparece de mi vida.
La música que hemos oído; las cervezas que fenecieron; definitivamente de bajada. Palabras que eran asertivas en equilibrio balbuceante; las pupilas que me abandonan. Sin rigor, creo, no hay quien hable con Karin; echarme entre sus piernas y decirle que la quiero.
Me siento de repente violentamente desubicado; Karin está volviéndose cada vez más concreta. No debería no, yo ya no quiero rester plus ici.
Quiénes son estas personas que ahora me rodean; seres que saben quizás lo que buscan, jodidos estrategas. Decidme entonces compañeros qué es lo que he de querer, o si es sino morir en vida, y si alguna vez hubo alguien que de verdad no quiso nada.
-Te tiras tu a la gorda, vale?
-Voy al water y ahora hablamos
Cierro la puerta, respiro hondo, cuento mis dedos, me tranquilizo.
Encuentro el water en medio del pasillo, lindando con la cocina, otra metáfora de la vida. Mas que water son servicios, a la derecha las duchas, a la izquierda para mear. Entro en uno de los cubículos y meo, después voy a la cocina y abro la puerta del frigorífico. Está dividido en compartimentos individuales asegurados con un candado, siendo así no cojo nada. Voy en cambio al fregadero y bebo un poco de agua, después abro a tope el grifo y meto debajo la cabeza. Sacudo al terminar a ambos lados, cojo un cigarro del paquete y lo enciendo junto a la ventana.
Un camino, algunos estudiantes, edificios hermanos, luces encendidas. Hay un trozo de cesped, hay un árbol milenario, el viento que sopla sacudiendo su estructura. Nada me lo impide, podría marcharme ahora mismo. Necesito una señal. En verano son estrellas fugaces, en Febrero hay que inventarlas. Si entra aquél estudiante en el más lejano de los edificios quiere decir que vuelva. Vuelvo.