-Que pasa macho que no te la encontrabas
Z sonríe, lo noto nervioso.
-Bueno qué, qué hacemos
-Yo con la gorda nada
-No te jode, y yo tampoco
-Qu'est-ce que vous racontez?
-Rien Nicole, il dit qu'il t'aime
-Ah bon mais il me connait à peine
-You know, it strikes you
Ella me mira. La angustia inunda sus ojos.
Nicole hace ya un rato que varo sobre la mesa (desde allí ha seguido la evolución de nuestra charla), interpelada a veces, descollando una depresión; Nicole se solaza en su desventura.
Me complace el dolor ajeno. En eso al menos me confieso comunista. Aunque tengo después un lastre de moral, mitad miedo, mitad condenación, que me impele siempre en la dirección equivocada.
-Ça se passe bien Nicole
-Oui Ernest, I'm just a bit tired, you know... I went with Kyongi early this morning to buy all the stuff
-Where did you go?
-Actually we went near your place, what´s the name of that comercial center?
-I don't know
-How come?
-Comme ça
Estos sonidos estúpidos, Z que repasa los cds, y Karin despega volando hacia su dimensión.
-Oye y esta a donde va?
-Pues a su cuarto supongo, se pira siempre así
-Pues la hemos jodido
-Sí
-Ça va Ernest?
-Oui, oui
Un momento, miradas, algo que se ha roto. Llaman a la puerta. Ilusión que se extingue estéril.
-Entrez
-Ça va ma petite Nicole
-Oui ça va, on t'attendait Vincent mon cheri
-Y este?
-Este es el que se tira a la gorda
-Pero parece medio maricón
-Sí, creo que lo es
He dicho medio maricón y he reposado mis cuencas en los ojos de Z. Solo un momento.
-Bueno pues yo me largo
-Joder no me dejes aquí con el maricón y con ésta
De repente se ha forjado, entre nosotros, una amistad íntima; tengo que marcharme, lo sé perfectamente; si me paro me hundo, ahí soy especialista.
-Pero estos querrán follar y eso
-Es verdad... joder que mierda de fiesta, bueno pues podemos ir a otra parte
-Es que he venido sin dinero
-Joder.. oye y si vamos a mi cuarto, tengo cervezas y unos cuantos porros
Fumar con un desconocido. Una idea horrorosa. Entonces por qué acepto.
-Nicole on va partir
-Toi aussi Ernesto
-Oui
-On va fumer dans ma chambre
-Ah bon, toujours, toi aussi Ernest?
-Oui, j'aime bien
-D'accord, au revoir
-Au revoir
A plus dice Vincent. Yo no digo nada.
Z me guía por el edificio hasta la tercera planta. Exige demasiada información y le contesto con monosílabos. Vive en la 111, a dos puertas, según dice, de la habitación de Karin. Karin puede que esté, metiéndose en el coño sus poemas, lamiendo las baldosas con su áspera lengua de gato. Si mi odio es irracional será porque lo tengo enquistado, a mi bien me gustaría que pasase entero a la conciencia.
-Te lo lías tú?
-No líalo tú
-Te gusta (no se que grupo)
-Si
Z se levanta y pone música; es un gilipollas; quiero abrirle la cabeza. Tararea después sin disimulo a la vez que fabrica el porro; lo termina, me mira y me lo ofrece; cojo el encendedor, lo enciendo y sonrío: Como entra esto. Él habla entonces con satisfacción de su costo, yo le pego tres, cuatro caladas y a continuación se lo paso; lo observo mientras fuma; él sonríe y empieza a hablarme de música.
Supongo que podría follármelo. Que mas da si es un objeto. Aunque estoy tan fuertemente atado a mi llamada identidad.
Preferiría desde luego matarlo. Claro está si quedara impune. Si no tuviese que pagar el precio de una espantosa incertidumbre.